Oculta como la sombra de la Luna. Como sus llamados a la noche. Los saltos del espacio. Espalda de lo oculto, de eso que ignoramos y nos come. Fue la bienvenida de tu boca, carne anticuaria de lo valioso desconocido. Por ti. Por la fortuna de tus crujientes dientes. Por tu piel tersa, aquella que me ama sin conocer las palabras. Estuve, a...