En el ballet de tu cuerpo soy música. De rodillas te daba mis caderas, y mis huesos y zumbidos. Eres un fuerte destino que me atrapa, el calor de un nido. Con tu amor me quitaste todo el espanto, el de la vida y el de los malos sueños. Tengo que llorar ante nuestros sentimientos, de alegría, pues cuando te voy a besar...