Inútil prevenir de amor la herida del prevenido diablo; pues nadie puede tocar al diablo sin oler a azufre que perturba la lengua de la conciencia de bolsillo para no quedarse sin palabras. Con esa colocación no puede ver más allá de la abertura de su bolsillo. Aunque nunca nadie sabe. Sin arriesgar la propia ignorancia. A cambio de todo el oro del mundo que cada vez se nos escapa por el borde de una taza de té de china. Y no siendo posible alcanzar con ambos brazos, totalmente abiertos, la punta de los ampliamente separados cuernos de los bueyes del arroz, comeremos en la eterna pobreza aislados granos de arroz.

Écriture en miroir. Palimpseste sur peinture. SubIrrealismo en espejo. Intratextualidad aleatoria.