Fui la sombra de tus sueños descosidos, las viejas manos de tu memoria, el cíclico ronquido de todas tus catástrofes. Pero hoy, por si vuelves, me como el olvido, su sangre y mala suerte. Ante tus ojos tengo la angustia, el amor y el fracaso, el fuego y todas las cerraduras. Y si la lluvia se niega en este acantilado, caeré por tus...